Fermín Aramburu: “Los prácticos llevamos las maniobras en las venas”

Fermín Aramburu: “Los prácticos llevamos las maniobras en las venas”

Fermín Aramburu Sainz ha sido, hasta la semana pasada, el práctico del puerto de Maó. Un trabajo apasionante y con un punto de vocación que ha ejercido durante casi 21 años.

Maó

02/03/2021
Transportes e infraestructuras

¿Cómo acaba un bilbaíno en Maó?

En Bilbao las plazas de práctico estaban muy competidas y no veía muchas posibilidades. Por otra parte, yo había navegado muchos años con la compañía Iscomar y los puertos de Baleares no me eran ajenos. Así que me examiné en Madrid en junio del 2000 y hasta hoy estoy en Maó. Me siento muy satisfecho del trabajo hecho.

¿Cuál es la formación de un práctico?

Los prácticos somos capitanes de la Marina Mercante; además hemos realizado unos exámenes y una oposición con diferentes temas técnicos y legales. Cuando apruebas, pasas un periodo de prueba de unos 4 o 5 meses aprendiendo las maniobras bajo la supervisión de un práctico. Una vez conseguido el informe favorable, ya eres nombrado oficialmente práctico y formas parte activa del cuerpo. Pero la formación no acaba nunca: Cada 5 años debemos pasar un examen bastante duro para poder seguir ejerciendo.

¿Cuál es la misión de un práctico?

Nuestra misión es subir a bordo de los buques para aconsejar al capitán cómo maniobrar hasta llegar a muelle. Es importante resaltar que los prácticos no asumimos en ningún momento el mando de la nave, es el capitán quien lo hace y se fía de nuestros consejos. En el practicaje de salida, más de lo mismo: Embarcas y le das consejos sobre los rumbos, las velocidades, las posibles mareas y corrientes (aunque en el Mediterráneo no hay). Cuando hemos hecho nuestro trabajo, saludamos a la tripulación y desembarcamos. Otra misión menos conocida es el practicaje interior, cuando por necesidades operativas se traslada un buque de un muelle a otro.

En este sentido es muy importante la confianza plena del capitán.

Así es. La empatía, esta palabra tan de moda actualmente, es imprescindible para que el ejercicio técnico de la materia sea lo más positivo posible.

Debe tener muchas anécdotas a lo largo de más de 20 años.

Sí, pero lo que destacaría son los comentarios elogiosos de todos los cruceristas hacia el puerto de Maó. Todos, sin excepción, quedaban maravillados de la estructura física de este puerto que no tiene parangón.

Su aportación fue clave para atraer cruceros a Maó.

Diría que ha sido más bien una labor de equipo, de la Autoridad Portuaria, de los consignatarios, incluso de las administraciones, y nuestra. En todo caso Maó tiene un hándicap, y es que por su estructura, relativamente estrecha, no puede acoger cruceros de más de 275 m de eslora. Y la realidad es que las navieras cada vez apuestan más por buques grandes, que son mucho más rentables.

¿Recuerda su primera maniobra en el puerto de Maó?

No, la verdad es que no. Había venido muchas veces como capitán y tenía mucha relación con el práctico, por lo que lo conocía muy bien. No sé si fue un crucero o un ferri. Lo que sí recuerdo es la última, hace pocos días, el Volcán de Tinamar de Trasmediterránea.

¿Ha vivido alguna situación complicada?

La preocupación porque todo salga bien siempre está, pero afortunadamente lo hemos podido solventar todo, a pesar de las limitaciones de un puerto como este, con vientos muy fuertes.

¿La labor ha ido cambiando a lo largo de estas décadas?

Es verdad que los barcos se han modernizado tecnológicamente, y nos hemos tenido que poner al día en este sentido. Pero la esencia del trabajo y de la maniobra es la misma. Lo llevamos en las venas.

Su afición siempre ha sido conocer Menorca a pie.

Para estar en forma me viene muy bien, y además es muy aleccionador y bonito. El Camí de Cavalls es una auténtica maravilla, y otros caminos interiores igualmente interesantes.

¿A qué piensa dedicarse a partir de ahora?

Me dedicaré a hacer muchos montes por el País Vasco, y también senderismo por Menorca.